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LOS TEMPLOS TRIPOCHOS DE CARACAS: LOURDES, JUAN, ANNA

Actualizado: 6 mar 2021


 

Iglesia de Maria Inmaculada (hoy N.S. Lourdes) circa 1940.

Octavio Sisco Ricciardi


De las acuciosas investigaciones de nuestro Ángel Rosenblat en sus “Buenas y Malas palabras”, nos comenta que tripocho es una asociación entre morochos y triples. Sabemos que morochos en Venezuela se les dicen a los hermanos nacidos de diferentes gametos, es decir, los mellizos, en contraposición a los gemelos que provienen de un solo gameto fecundado, por lo que las semejanzas entre los fenotipos de estos individuos son en alto grado mucho más idénticas que la de los morochos. Los tripochos son los trillizos por su vinculación análoga con mellizos. Estos incluso pueden ser de diferente género, parecidos entre ellos pero claramente individualizables, salvo para algún desprevenido ojo.


Iglesia de N.S. Lourdes. En construcción. 1927. Revista Élite.

Al final de la antigua calle de San Juan, también conocida como del Triunfo, un poco antes de llegar a la alcabala de La Vega, en la caraqueñísima parroquia San Juan, en lo que hoy es la avenida San Martín, a la derecha del camino, existió un magnífico ejemplar de matapalo, un Ficus dendrocina, especie endógena propia de Brasil, Colombia, Panamá y Venezuela. Tan notoria era su presencia que los lugareños lo llamaban “Palo Grande” que por extensión empezó su identificación con ese apelativo a ese sector suroccidental de la ciudad de Caracas. Landaeta Rosales refiere que Guzmán Blanco le mandó poner al pie del destacado árbol una mampostería para resguardarlo. Cerca de lo que hoy es El Guarataro, también en Palo Grande estuvo la estación de ferrocarriles que conectaba la ciudad con el centro-occidente el país

.

A principios del siglo XX Palo Grande era una zona prácticamente inhóspita. En marzo de 1903, año en que escapando de la ley francesa sobre las asociaciones del 1° de julio 1901 que declaraba ilícitas las congregaciones religiosas, llegó un grupo de clérigos de la comunidad francesa Hijos de María Inmaculada (Fils de Marie Immaculée). A finales de ese año fundaron el Colegio Francés y en 1922 establecieron su residencia en la última cuadra habitada para entonces de aquella área citadina. La intención era la de atender espiritualmente a la población de El Guarataro entonces marginada del casco histórico, por lo que se pusieron sin dilación al servicio de la parroquia San Juan Bautista y se establecieron en una ruinosa casa que a la sazón costó 1.800 bolívares (1921). También era imperioso construir un sitio para el culto.


Los Hijos de María Inmaculada( Colegio Francés 1907)

Es así que los trabajos se iniciaron en 1922 con el impulso del padre Auguste Pavageau, entusiasmado en el Diccionnaire Raisonné de l’Architecture Francaise du XIe. Au XVIe. Siécle, de Eugene-Emmanuel Viollet-le-Duc, reconocido paisano arquitecto del renacer gótico a quien se le debe, entre otras, las quimeras míticas a lo largo de las terrazas de Notre-Dame de París. Pavageau trazó bocetos de diversas creaciones artísticas que derivaron en un proyecto de proporciones ambiciosas y atrevidas para la época. En todo caso, la construcción estuvo bajo la supervisión del arquitecto Alejandro Chataing. El 8 de diciembre de 1924 se ofició la primera misa entre paredes de cemento, ventanales sin vidrios y un techo de madera que luego daría paso a las bóvedas actuales. El Guarataro no tendría una capilla dotada de todo su inmobiliario sino doce años después. En 1957, el templo recibe el nombre de Nuestra Señora de Lourdes, para recordar y reconocer a los galos fundadores.


Nave central de la iglesia de N.S. de Lourdes. Caracas.

Este templo con su neogótico tardío, tendría su segundo tripocho en Trujillo, Valera bajo la advocación de San Juan Bautista. El sitio donde se erige esta iglesia trujillana, existió una capillita de palma, piso y paredes de adobe, la cual fue pasto de un incendio en 1821. Fue construida otra de mejor estructura y de una sola torre en 1873 por el padre Enrique María Castro que duró hasta 1927 cuando la derriba el padre Guillermo Parra. La edificación que se construye guarda similitudes en su frontis, altura y tamaño con su hermana caraqueña, la cual es concluida por el padre José Humberto Contreras en 1933.


Iglesia de San Juan Bautista, Valera, Trujillo. Venezuela.


¿Pero dónde se encuentra la tercera hermana? Filippo Gagliardi, «don Felipe» (como le llamaban cariñosamente amigos y allegados) era entre los primeros italianos que vinieron a Venezuela —en 1927—, con una cierta experiencia en la construcción. Se defendió como pudo durante un año, al cabo del cual regresó a Italia con la conciencia y el resentimiento del fracaso. Solo una década después —en 1937— regresó nuevamente a la Tierra de Gracia. Por esos avatares del destino lo llevaron a ser empresario de la mano de su amigo íntimo, Marcos Evangelista Pérez Jiménez, presidente de Venezuela durante casi toda la década de los 50. Esta circunstancia hizo que Filippo amasara una fortuna respetable. Sin embargo, Gagliardi siempre tuvo presente su modesta condición originaria, tanto así que se convirtió en un connotado filántropo para con sus paisanos. Ayudó a muchos damnificados en los aluviones de Polesine (1951) y Salerno (1954); obsequió casas a los pobres y mandó a construir varios edificios para público servicios como acueductos, asilos, casas de albergue entre otros, incluido el cuartel de la policía local «Mamma Gagliardi» que le valió entre otras distinciones, Cavaliere dell'Ordine della Stella della Solidarietà Italiana (1948), Grande Ufficiale dell'Ordine della Stella d'Italia (1952) y Grande Ufficiale Ordine al Merito della Repubblica Italiana (1953).


Chiesa di Sant'Anna .Montesano sulla Marcellana. Salerno. Italia

Este curioso personaje es mencionado por Gabriel García Márquez en un capítulo intitulado El último truco de Gagliardi en sus crónicas Cuando era feliz e indocumentado, escrito por el premio nobel colombiano cuando era corresponsal en Caracas (1957-1959) para un diario de su país. Si bien el Gabo lo menciona como de origen calabrés (era campano), refiere cómo fabricó Gagliardi en su oficina, unas lista de adhesión al plebiscito convocado por el dictador Pérez Jiménez en 1957, y leídas durante horas y horas en el programa más aburrido que ha tenido la TV en toda su historia, según lo refiere el connotado escritor. Necesitaba asirse desesperadamente al poder que se le estaba colando de sus manos. Pero ahí no queda la cosa.


Inquieto y ambicioso en proyectos políticos, deseaba separar al municipio de Montesano de la naciente República Italiana para convertirla en una república independiente que se habría denominado “República de los Lirios Blancos”, una especie de San Marino en la bota itálica. Fue más allá, estuvo tentado en patrocinar un puente que uniese a la península itálica con la isla de Sicilia en el estrecho de Messina, que no llegó a concretarse por diversos factores que no vienen a colación.


Filippo nació en 1912 en un pequeño poblado de la provincia campana de Salerno, Montesano sulla Marcellana. Estando en Venezuela, cerca del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, construyó toda una plataforma de depósitos y almacenes, lugar que ha pasado a llamarse Montesano, en homenaje a su tierra natal. Ligado a su madre, Mariannina Di Guida Gagliardi, como todo italiano meridional, el culto casi santo sacro reverencial alla mamma, mandó a construir en su honor en pleno centro de Montesano en el Valle de Diano, la iglesia de Santa Ana (Chiesa di Sant'Anna a Montesano sulla Marcellana). Emprendido en 1954 y culminado en 1959, es un hito de obligada referencia inmerso en la trama urbana de Montesano, templo que tiene inspiración sin lugar a dudas no solo en su estilo neogótico, sino que guarda sororidad semejante con su hermana de Caracas pero también con su hermano de Valera. Es probable que asistiera a los diversos actos conmemorativos que la comunidad italiana realizara al pie del “Monumento a la libertad”, obsequio del pueblo mediterráneo a Venezuela en 1910 por motivo del primer centenario de nuestra independencia, que se encuentra al pie de la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes en San Martín y es posible que en ese contexto se enamorara de sus líneas que ameritaban ser replicadas en su pueblo natal para homenajear de esta manera a sus dos madres: la carnal y la terrenal.


Iglesia N.S. de Lourdes. Caracas. Venezuela.


Es así como tres personajes del santoral católico se encuentran unidos, pero separados entre sí al nacer: son los tripochos templarios de Caracas, puesto que la de aquí fue la primogénita en ser replicada en gametos arquitectónicos.


 

Capodiferro, V. La storia meravigliosa di Filippo Gagliardi, magnate e fondatore di antiche repubbliche negli anni '50., in www.lapretoria.it, 25 gennaio 2015.

Fraternidades de la Encarnación: https://www.incarnationweb.org/Region-Venezuela,330

García Márquez, G., (2001) L'ultimo trucco di Gagliardi, in Dall'Europa e dall'America, Milano: Mondadori.

Landaeta Rosales, M. (1889) Gran recopilación geográfica, estadística e histórica de Venezuela 2 tomos. Caracas: Imprenta Bolívar.

Pinto, V.M. , Uomini illustri di Montesano sulla Marcellana - Centro Studi Vallo di Diano, su www.centrostudivallodidiano.it.

Rosenblat, A. (1984) Estudios sobre el habla de Venezuela. Buenas y malas palabras. Tomo II (pág. 121 y siguientes). Caracas: Monte Ávila Editores.

Valery S., R. “La nomenclatura caraqueña” (1978). Caracas: Ernesto Armitano, Editor

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