A través de esa herramienta, los internautas pueden conocer espacios que han sido afectados o devastados por fenómenos naturales o sociales
Redacción REDpatrimonioVE
Una de las características más notables y obvias de la humanidad es su capacidad para cambiar de acuerdo a las épocas. Fenómenos y /o desastres naturales, procesos bélicos y hasta la pérdida del valor originario de una infraestructura o manifestación cultural, pueden ocasionar no solamente el deterioro o tergiversación de estas expresiones culturales, incluso el nefasto resultado puede ser la erradicación de estos testigos importantes para la historia e identidad de una sociedad particular.
De allí que el reto se plantea en una interrogante: de cara a todos las circunstancia inevitablemente humanas ¿Cómo mantener, preservar estos patrimonios culturales para que las generaciones las conozcan? La respuesta es simple: el uso de las nuevas tecnologías. Para muestra un botón.
En septiembre de 2018 un incendio arrasó el Museo Nacional de Brasil, en Río de Janeiro. Según el reportaje publicado en el portal web de El País , en este hecho se quemó la mayoría de las obras resguardadas en este recinto, entre ellas una colección de 20 millones de piezas: desde momias egipcias adquiridas por el emperador Pedro I al fósil más antiguo de América Latina, encontrado en Brasil, de casi 12.000 años de antigüedad.
No obstante, pese al evidentemente e invalorable daño material, la memoria de este espacio sigue viva gracias a que unos años antes toda la colección fue digitalizada y los objetos se escanearon en 3D. Ahora la web Google Arts & Culture permite visitar virtualmente el museo antes del siniestro.
Esta es una excelente alternativa de registro y preservación de la memoria del patrimonio cultural, y ¿por qué no? de patrimonios culturales inmateriales que con paso del tiempo van cambiando su esencia y en algunos casos se van extinguiendo.
El escaneo 3D, como técnica de relevamiento de edificaciones, permite elaborar productos útiles de registro y difusión de sus valores. Se pueden diseñar modelos para visitar de forma virtual espacios conservados o que han sido afectados. Además puede cumplir la función de plano visual, como testimonio, para reconstruir un edificio patrimonial que este en condición de riesgo extremo.
Con Google Arts & Culture no solo se puede conocer el Museo Nacional de Brasil, también se puede hacer un tour virtual por miles de exposiciones de todo el mundo como el MOMA (The Museum of Modern Art) de Nueva York, el British Museumde Londres o el Museo de Israel de Jerusalén. Otros lugares emblemáticos a los que se puede acceder en una visita de 360 grados son el Coliseo de Italia, las pirámides de Egipto, el Taj Mahal de la India, las ruinas de Chichén Itzá de México, el monte Rushmore de EEUU o el Palacio de Versalles de Francia. Incluso es posible ver el Palacio de Invierno del Bogd Khan de Mongolia, la Puerta de la India o los templos de Prambanan de Indonesia.
Esta alternativa virtual nació en 2011 con el objetivo de hacer accesibles a los internautas obras de arte y monumentos de todo el mundo. La compañía tecnológica ha colaborado desde entonces con más de 1.200 museos, galerías e instituciones en 70 países para que las exposiciones estén disponibles en línea para cualquier persona.
En 2018 Google se asoció además con CyArk, una empresa sin fines de lucro que realiza escaneo láser 3D, con el fin de ayudar a preservar los lugares emblemáticos de todo el mundo. Ambas compañías desarrollan el proyecto Open Heritage, que utiliza la tecnología de escaneo láser para capturar todos los datos relevantes en un sitio histórico para recrearlo virtualmente.
Luego de que los talibanes destruyeran en 2001 estatuas budistas del siglo V en Bamiyan (Afganistán), dos años después se funda CyArk con el propósito de capturar monumentos y lugares históricos antes de que ocurriera una tragedia similar. De allí que además del Museo Nacional de Brasil, otro lugar emblemático que se puede visitar es el templo budista Ananda Ok Kyaung en Bagan (Myanmar), el cual se logró escanear antes del terremoto que sufrió esa ciudad en 2016, con lo cual ahora es posible hacer una visita interactiva en 3D al centro.
La necesidad de documentación digital se demostró también en 2010, cuando un incendio destruyó parte de las Tumbas de los reyes de Buganda en Kasubi, en Uganda. CyArk escaneó el lugar un año antes y, por lo tanto, contaba con información muy útil para reconstruirlas.
“Estamos perdiendo los sitios y las historias más rápido de lo que podemos conservarlos físicamente. Por supuesto, los terremotos y todos los fenómenos naturales como inundaciones y tornados van dejando su huella”, afirmó en 2011 el fundador de CyArk, Ben Kacyra, en una charla de TED.
Kacyra se percató de que la destrucción causada por el hombre “se estaba acelerando debido a incendios intencionados, a la expansión urbana, a lluvia ácida, el terrorismo y las guerras”. “Me quedaba cada vez más claro que estábamos perdiendo la batalla”, dijo.
La mayoría de los lugares declarados Patrimonio Mundial en peligro están en países en conflicto, según afirma la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en su página web. Pero algunos desastres naturales también han afectado en los últimos años a monumentos construidos por las antiguas civilizaciones.
Gracias a vídeos e imágenes en 3D, las personas pueden hacer una visita interactiva a los monumentos declarados Patrimonio Mundial ubicados en el valle de Katmandú que en 2015 fueron severamente dañados y en algunos casos destruidos por un terremoto que afectó en la capital de Nepal. Esta herramienta permite que los interesados conozcan el lugar antes y el después del sismo.
Kacyra enfatizó la necesidad de hacer esfuerzos por preservar el Patrimonio Mundial. “Nuestra herencia es mucho más que la memoria colectiva; es nuestro tesoro colectivo. Le debemos a nuestros hijos, a nuestros nietos y a las generaciones que nunca conoceremos mantenerla segura y entregársela en buen estado”. El registro de patrimonio con la tecnología láser en 3D, se nos presenta como una herramienta útil de cara al futuro de la ciencias de la conservación.
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