DOS CONCEPCIONES QUE NOS ACERCAN A LA INTERCULTURALIDAD
Diónys Cecilia Rivas Armas
Socióloga. Universidad Central de Venezuela - Doctoranda en Patrimonio Cultural. ULAC
A modo de introducción
Este ensayo se enmarca en la idea de repensar, redefinir y recrear el concepto tradicional y sesgado de turismo, que de acuerdo a la Organización Mundial de Turismo (OMT), “consiste en los viajes y estancias que realizan personas en lugares distintos a su entorno habitual (al menos durante una noche y como máximo 365 días), por ocios, negocios u otros motivos”; y darle más fuerza al proceso social y cultural que genera este fenómeno o actividad, tomando como referencia lo que señala Korstanje (2016), ”cada forma de turismo, la cual es inherente a su época, tiene un sistema productivo que le precede, pero mucho más importante, obedece a una matriz cultural desde donde opera” (p. 3).
De igual manera, es interesante hacer un análisis comparativo de los elementos simbólicos y significativos que se generan desde el reconocimiento del patrimonio cultural y la importancia del turismo sostenible, para acercarnos a la posibilidad de diálogo entre las culturas, como proyecto de creación y transformación social. Como expresa Celia Martínez (2006), el turismo es un factor esencial del desarrollo sostenible y un “vehículo de interrelación entre los pueblos, de tolerancia y de promoción de la cultura de la paz” (p. 1080). En este sentido, tomaré como referencia el concepto de Catherine Walsh (2009), sobre interculturalidad crítica, la cual señala, que es una herramienta pedagógica y un proyecto que se construye desde la gente y como demanda de la subalternidad.
La interculturalidad promueve una interacción equitativa, igualitaria y plural entre las culturas, a través del diálogo y el intercambio de expresiones culturales. Entonces, nos preguntamos ¿El patrimonio cultural y el turismo incentivan este diálogo?, ¿El patrimonio cultural y el turismo sostenible pueden crear el tejido social para acercarnos a la interculturalidad?
Acercamiento teórico sobre Patrimonio y Turismo
Para iniciar la discusión teórica, es importante reconocer la evolución histórica del concepto de patrimonio. En el siglo XVIII, con la Revolución Francesa, surge el concepto de “patrimonio histórico” y se inician acciones institucionales para conservar los monumentos nacionales, como testimonios de los significados ideológicos, artísticos, estéticos y culturales de las huellas históricas de los seres humanos. Durante el siglo XIX, se consolidan los registros e inventarios de monumentos, se crean los primeros museos públicos y se generan las primeras discusiones teóricas sobre restauración y la definición de los criterios para determinar si un monumento es un bien patrimonial cultural e histórico. La reafirmación del patrimonio como bien cultural, se forja en el siglo XX (años 50) en la Convención para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado, impulsado por la UNESCO. Además, es relevante destacar el reconocimiento internacional del patrimonio inmaterial y oral, que forma parte de la creación e identidad de los pueblos (tradiciones y costumbres), más allá de lo monumental y lo artístico(1). Al respecto, Olga Molano (2007) señala;
El patrimonio que ha producido a lo largo de su historia y ha logrado conservar un pueblo, es lo que lo distingue, lo que logra identificarlo, lo que alimenta su identidad cultural y lo que define mejor su aporte específico a la humanidad ( p. 77).
Sin duda, el patrimonio cultural, es importante para una sociedad, ya que refleja la historia, la búsqueda o reconstrucción de una identidad territorial, partiendo de la memoria individual y colectiva, es darle transcendencia y permanencia a los hechos que se han gestado en un territorio determinado. En este sentido, destacaré el concepto de patrimonio cultural de la UNESCO (2004) que se distingue por su pureza, profundidad y amplitud;
El patrimonio testifica la experiencia humana y sus aspiraciones y debe ser una experiencia compartida que ofrece a cada ser humano la oportunidad del descubrimiento propio como otra persona en ese caudal de conocimiento que no es el propio. El valor más importante del patrimonio cultural es la diversidad. Pero la diversidad de este patrimonio debe tener el propósito de unir a los diversos pueblos del mundo a través del diálogo y el entendimiento en vez de separarlos.
En cuanto al turismo, es interesante destacar, el concepto que mantiene en debate Korstanje (2016), el cual explica que “lejos de ser una actividad puramente productiva en lo económico, el turismo crea una consciencia particular, para que el sujeto reconfirme su necesidad de pertenecer a la sociedad” (p. 3). Desde esta visión, destacaré mi aporte en torno al turismo sostenible, como espacio de cohesión social e intercambio que nos acerca a la interculturalidad, en resistencia a la postura tradicional que prevalece sobre el turismo, como actividad económica que implica el desplazamiento de personas por motivos personales, profesionales o de negocios. En este análisis es importante revisar, lo que señalan Dos Santos y Antonini (2) (2004), ya que integran el valor económico y cultural que genera el turismo;
El turismo es considerado una actividad económica de importancia global, que abarca elementos económicos, sociales, culturales y ambientales. Es uno de los fenómenos más importantes de los últimos tiempos, pues propicia el contacto entre culturas, la experiencia de diferentes situaciones, el paso por diferentes ambientes, y la observación de diferentes paisajes. Esto posibilita la globalización de la cultura
(p. 4).
Patrimonio Cultural y Turismo Sostenible ¿Nos acercan a la Interculturalidad?
Para este análisis rescataré las ideas de Walsh y Tubino, los cuales proponen una interculturalidad crítica como herramienta en proceso y un proyecto a construir por los pueblos, que permite transcender en la transformación de las estructuras, instituciones y relaciones sociales para ser, pensar, hacer, sentir, aprehender y convivir en condiciones distintas: respeto, legitimidad, simetría, justicia, equidad e igualdad
La interculturalidad crítica, es una propuesta de cambio sustancial y de transformación que puede construir un diálogo de saberes (un diálogo intercultural) y conocimientos entre las culturas, cuando se convierta en un proyecto pedagógico real, donde todas y todos podemos defender el derecho a construir una identidad cultural propia, sin reproducir la identidad heredada, o la identidad con mayor fuerza en la sociedad con énfasis en la conciencia de poder y asimetría histórica. Tomando como referencia lo que expresa Britto García (2016) “Somos en relación a los demás. Los demás nos configuran”(3)
En este sentido, el turismo es una experiencia de exploración, aprendizaje y disfrute, donde distintos pueblos desde condiciones de igualdad (ideal), intercambian símbolos, significaciones y percepciones que forman parte de sus culturas y en ese intercambio reafirman su identidad cultural. De igual manera, el patrimonio representa la identidad cultural e historia de un pueblo.
Desde estas ideas, podemos afirmar que el patrimonio y el turismo son testimonios de la identidad social, que reafirman la memoria los pueblos, construyen elementos simbólicos y significativos que crean tejido social, pertenencia y espacios de diálogo intercultural.
Es importante destacar, que el turismo existe porque hay atractivos turísticos y los atractivos son patrimonios naturales o culturales que pertenecen a todas y todos. Por tanto, la actividad turística como espacio intercultural debe potenciar la cultura local y darle participación a la gente, para crear un tejido social, que muestre lo auténtico y legitimo del patrimonio cultural material, inmaterial y natural de los pueblos, hacia un “turismo intercultural sostenible”.
Algunas reflexiones finales…
El patrimonio cultural y el turismo son espacios de diálogo intercultural, de quienes lo viven, lo disfrutan, le dan significación espiritual y valor en función de la transcendencia espacial, territorial y cultural, donde se gesta y se vive, es decir se fundan y modelan desde la construcción del imaginario colectivo. De igual manera, se convierten en espacios que dan testimonio del tiempo y la historia, ya que no solo generan acciones de contemplación, sino de cohesión e interacción de diversas culturas, con la posibilidad de progresivamente generar la creación de expresiones culturales compartidas.
El patrimonio cultural se edifica desde el reconocimiento de un saber y en el turismo se intercambian saberes. El patrimonio cultural reivindica la identidad cultural, el turismo reafirma lo propio en un espacio distinto, distante, pero que me acerca a lo que soy, desde el recuerdo y la añoranza.
El patrimonio cultural edificado, son bienes inmuebles que no pueden trasladarse porque están anclados en la tierra (ruinas, edificios, sitios arqueológicos), pero el turismo le da anclaje y permanencia en otros espacios físicos, ya que logran materializarse y trasladarse a partir del pensamiento, el recuerdo, la memoria y su registro (grabaciones, videos, fotografías). La memoria visual y el recuerdo dan identidad, son portadores de significados que cimientan los pueblos para construir cultura y historia.
El turismo nos acerca al reconocimiento y contemplación de los patrimonios culturales, desde su admiración, logramos ver las huellas del pasado en el presente, recreamos nuestra memoria, nuestra historia, construimos relatos. Aún cuando las edificaciones pueden desaparecer o ser destruidas, la memoria y los recuerdos permanecen vivos en el ejercicio del turismo.
El patrimonio cultural junto al turismo sostenible pueden propiciar el desarrollo de un territorio, permitiendo el equilibrio y la cohesión social, que aportarán a la reconstrucción de las identidades locales y la revalorización de lo cultural.
El turismo sostenible debe reconocer y respetar el patrimonio cultural, para que la interculturalidad como proyecto de emancipación y reconocimiento del otro en condiciones de igualdad y justicia logre acercar estas dos concepciones, para la afirmación de la historia de los pueblos, la defensa de sus valores culturales y el fortalecimiento de las identidades étnicas frente a la homogeneización.
NOTAS
(1) La Conferencia General de la UNESCO en 1997 adoptó la resolución 23 con el fin de evitar la desaparición de este patrimonio y creó una distinción internacional (Proclamación por la UNESCO de las obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad.
(2) Citado por Korstanje, M (2016). Infructuoso prestigio: actuales obsesiones y temores de los turismólogos.
(3) Conferencia sobre Identidad Nacional, ofrecida por el Prof. Luis Britto García en la Fundación Escuela Venezolana de Planificación, el 03/11/2016.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Korstanje, M (2016). Infructuoso prestigio: actuales obsesiones y temores de los turismólogos.
Argentina: Revista Turismo y Desarrollo N° 21.
Martínez, C (2006). El Patrimonio Cultural: los nuevos valores, tipos, finalidades y formas de organización. Granada: Universidad de Granada.
Molano, O. (2007). Identidad cultural un concepto que evoluciona. Bogotá: Revista Opera N° 7.
Tubino, F. (2013). Del interculturalismo funcional al interculturalismo crítico. Perú: Red Internacional de Estudios Interculturales.
Walsh, C. (2009). Interculturalidad crítica y educación intercultural. La Paz: Instituto Internacional de Integración del Convenio Andrés Bello.
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