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MÁS ALLÁ DEL BIEN Y DEL MAL

Actualizado: 10 may 2019

OBSERVATORIO DE PATRIMONIO CULTURAL


Arq. MSc.Fabiola Velasco Pérez (*)


Cuando asumimos la responsabilidad de intervenir el patrimonio cultural estamos haciendo gestión. Esta actividad es generalmente colocada en manos de funcionarios públicos, empresarios, contratistas, políticos, etcétera, por lo que la toma de sus decisiones afecta, para bien o para mal, elementos de alto valor histórico, cultural y/o espiritual, que conforman el patrimonio cultural de la nación. Quienes gestionan el patrimonio cultural, según las leyes nacionales[i], tienen una responsabilidad directa y personal sobre sus acciones, en primer lugar para con los elementos de valor que se le confían y en segundo término para la sociedad en general y las generaciones futuras, herederos indiscutibles de los mismos.


Por lo tanto cuando se enfrenta un problema de conservación del patrimonio cultural es necesario actuar, no solo por las presiones coyunturales, sino con las bases seguras que solo la técnica especializada de las ciencias de la conservación y la ética profesional nos puede proporcionar. Una acción de gestión del patrimonio, solo preñada de buenas intenciones puede, ir más allá del bien y del mal. Los criterios para la conservación del patrimonio cultural no solo pueden ser dados por las buenas intenciones morales de intervenir por intervenir. La tarea de la conservación del patrimonio está sujeta a juicios de valores, que dentro de los subjetivo deben blindarse de la objetividad técnica, ya que estos se pueden convertir en armas de doble filo que a futuro procuren la destrucción total del patrimonio cultural de un lugar.


¿Qué sucede con el patrimonio cultural en la actualidad?

Desde que el hombre tiene conciencia de la importancia que tiene el manejo del legado dejado por sus antepasados para utilizarlo en función de la evolución del ser mismo, ha estado preocupado por preservar y salvar todo aquello que de manera sentimental o utilitaria pueda servirle como base de identificación con lo que le rodea. Pero la preocupación en sí misma no ha sido suficiente para que la salvaguarda y protección del patrimonio cultural haya sido eficiente, ya que el desarrollo del hombre como ser social, la tecnificación del mundo y la explosión civilizatoria en los últimos decenios, han producido graves destrucciones, todo esto sumado a la ingenuidad de base de lo que es patrimonio cultural y sus acciones sumarias de conservación.


El Observatorio Nacional de Patrimonio Cultural abre su ciclo de observancia con esta breve reflexión y para muestra trae para la discusión la reciente intervención que se está realizando sobre los pavimentos del Paseo Los Ilustres y los Próceres, en la ciudad de Caracas. Estamos seguros que la buena intención de remozar la ciudad está presente, pero la mala acción en la toma de decisiones sobre los criterios de intervención, sobre este legado patrimonial de la ciudad, pasa a ser cuestionada por la comunidad en general y especialmente por la comunidad de especialista del sector del patrimonio cultural.


De acuerdo al Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano elaborado por el Instituto del Patrimonio Cultural, El Paseo Los Ilustres y el Paseo Los Símbolos, ubicados entre las urbanizaciones Los Chaguaramos y Valle Debajo de la parroquia San Pedro, es de adscripción pública, donde su administrador, custodio y responsable es la Alcaldía del municipio Liberador. En este texto el Instituto del Patrimonio Cultural valora este bien patrimonial, describiéndolo de la siguiente manera:

  • Este espacio urbano fue construido en la década de 1950 como parte del conjunto del Sistema de la Nacionalidad. Fue proyectado por el Arquitecto Luis Malaussena, y construido entre los años 1945 y 1953. Se compone de dos largos segmentos de boulevard -denominados Paseo Los Ilustres y/o Paseo Los Símbolos- cuyos ejes se inician en la Ciudad Universitaria de Caracas, y culminan en el Paseo Los Próceres, unidos por la Plaza Los Símbolos como un nodo articulador. El diseño del Paseo, ubicado en el centro de la avenida, tiene un ancho aproximado de 10 m. lo conforma una sección continua pavimentada, originalmente con baldosas de mosaicos vitrificados, y destinada a la circulación peatonal. Esta sección está delimitada por secciones de jardines arbolados y espacios de descanso, que cuentan con bancos de concreto y postes de iluminación de metal vaciado ornamentado. (…) (IPC, 2004-2007, DC-01, p.68)

Obviamente una de las principales valoraciones de este conjunto, tal como se describe en el Catálogo del IPC, está dado por la condición estética de sus pavimentos originales de mosaicos vitrificados en variedad de tonos pasteles de azules y verdes, que ha sido intervenidos drásticamente en esta oportunidad, sustituyéndolos radicalmente por otros materiales y acabados, que no resguardan el criterio fundamental de mantener el espíritu de unicidad entre lo histórico y lo estético, de la obra patrimonial. Ya en el 2007, estos espacios habían sido intervenidos, en esa ocasión por Fundapatrimonio, cambiando el pavimento por baldosas vidriadas, por otras de formato parecido, pero no conformes con la calidad y policromía de las baldosas originales. Es decir, el Paseo en sus apenas 70 años, ha sido objeto de acciones que paulatinamente han desfigurado su calidad y espíritu originario. Lo que conocemos como una restauración objetiva, donde la autenticidad y permanencia de los valores esenciales de la obra patrimonial se garanticen, está en discusión en esta ocasión.



Abogar por analizar a profundidad sobre el conocimiento del objeto construido y su entorno, es el llamado general. No debemos incumplir con la historia futura por desconocimiento de las leyes, normas y criterios sobre las ciencias de la conservación y sus aplicaciones de manera certera.

Esperamos que esto sea el inicio de este espacio de reflexión, aportes y criterios en beneficio de nuestro patrimonio, con el que estamos comprometidos. De igual manera recibiremos la crítica constructiva, en función de mejorar y ampliar esta iniciativa del Observatorio Nacional de Patrimonio Cultural.


Referencia

Instituto del Patrimonio Cultural (2004-2007). Catálogo del Patimonio Cultural Venezolano. Municipio Libertador. Distrito Capital. DC-01. Caracas.

 

[i] Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999)

Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural Venezolano (1993)

Ley del Estatuto de la Función Pública 2002)

Código de Ética para el Funcionario Público. (1997)


(*) ,Arquitecta, Magister en Conservación y Restauración de Monumentos, Doctoranda en Patrimonio Cultural. fabiolavelascop@gmail.com



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